Las amenazas para la Amazonía son financieras y ambientales

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El Comercio
10 de noviembre, 2022

Salvar la selva amazónica. Esa ha sido la consigna de presidentes, oenegés, defensores de la naturaleza y líderes de territorios indígenas que viven en la región sudamericana. Sus voces, promesas y advertencias se han escuchado a lo largo de esta primera semana de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27), en Egipto.

Gustavo Petro fue uno de los primeros líderes en hablar abiertamente sobre el tema. “Es hora de que Estados Unidos, principal contaminador de CO2, y América del Sur, detentora de una de las principales esponjas de CO2, hablen, acuerden y construyamos un camino conjunto”, dijo el Presidente colombiano.

Su meta es clara: la unificación del bloque amazónico para frenar la deforestación y promover sus beneficios ecosistémicos. Una de sus estrategias es la creación de un fondo común hacia el cual puedan llegar los dineros internacionales para la protección de la selva.

Las comunidades reclaman una mayor participación

Pero los anuncios han llegado con reparos por parte de las comunidades que habitan dentro de la selva. José Gregorio Mirabal, coordinador General de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), sostiene que “en las comunidades, en el territorio cada segundo se lucha contra el cambio climático. Ha pasado un año de la promesa de Glasgow, no ha llegado a cumplirse en un 10%, hay que cumplir las promesas”.

Esa implementación está básicamente ligada a un tema en específico: financiamiento. De acuerdo con un informe de la Rainforest Foundation Norway, entre 2011 y 2020 se destinaron en promedio USD 270 millones anuales para financiar las actividades de gestión forestal realizadas por comunidades indígenas y pueblos en zonas tropicales a escala global. Esto representa apenas el 1% de los fondos para acción climática.

Una alerta para la región

La organización WWF realizó el lanzamiento del ‘Informe Amazonía Viva 2022’. Entre sus conclusiones está que la selva ha perdido por completo un 18% de sus bosques y un 17% está degradado.

Según WWF, la Amazonía “almacena entre 367 y 733 Gt de CO2 en su vegetación y suelos”. Pero con la deforestación, la selva pierde su capacidad para retener carbono y también empieza a liberar gases de efecto invernadero.

 

Tomado de: https://www.elcomercio.com/actualidad/mundo/amenazas-amazonia-financieras-ambientales.html

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