Mongabay Latam
8 de diciembre de 2020
Cuantos más árboles mueren en la cuenca del Amazonas, más se debilita la capacidad de los bosques de absorber dióxido de carbono. Pero para entender por qué los bosques están muriendo más rápido, los investigadores primero tienen que entender por qué los árboles mueren en general, algo que hasta ahora se desconocía a gran escala.
Un estudio publicado recientemente en la revista Nature Communications ofrece información sobre los patrones que causan la muerte de los árboles en la Amazonía y podría ayudar a los científicos a explicar por qué y cómo cambia el bosque.
Según el estudio, el principal factor de riesgo que explica la mortalidad de los árboles es la tasa media de crecimiento de las especies. Las especies de árboles que crecen más rápido tienden a tener una vida más corta y, por lo tanto, se registran más muertes durante un periodo específico.
A medida que el cambio climático progresa, estas especies tienden a acelerar en algunos casos aún más su crecimiento, lo que conlleva, por lo tanto, a acortar su tiempo de vida. Ahora, esto tiene sus implicancias, porque esto significaría que almacenan menos carbono a largo plazo, contrario a las especies que crecen más lento y viven más tiempo. Esto podría indicar problemas para el clima, ya que la Amazonía representa el 12 % del sumidero de carbono terrestre del mundo.
“La capacidad de absorber carbono de la Amazonía está descendiendo con el tiempo. El principal motivo es que la mortalidad [de los árboles] está aumentando. Así que debemos comprender la mortalidad. Y después eso se convierte en la cuestión urgente”, dijo a Mongabay Adriane Esquivel-Muelbert, autora principal del estudio del Instituto de Investigación Forestal de Birmingham, en el Reino Unido.
Como la mayoría de árboles viven más tiempo que los otros seres vivos del bosque, comprender por qué, cómo y dónde mueren los árboles requiere que se recopilen datos durante mucho tiempo. Para este enorme análisis sobre la muerte de los árboles, se monitorearon y analizaron más de 124 500 árboles y 23 600 muertes de árboles durante un periodo de 30 años.
“Comprender las causas principales de la muerte de los árboles nos permite predecir y planificar mejor las tendencias futuras, pero es una tarea enorme ya que hay más de 15 000 especies diferentes de árboles en la Amazonía”, dijo Esquivel en unas declaraciones.
Los datos utilizados en este estudio provienen de RAINFOR, una iniciativa de monitoreo a largo plazo que reunió la investigación de más de 100 científicos para este análisis. Los científicos monitorearon 189 parcelas de 1 hectárea cada una y cada tres años, aproximadamente, midieron todos los árboles de más de 10 centímetros de diámetro, tomando nota de la salud y la apariencia de cada árbol.
Los árboles muertos pasaron por un “examen forense”, siguiendo un protocolo que observa si el árbol murió roto o de pie y si hay alguna marca visible de enfermedad. Un árbol caído, desarraigado, por ejemplo, seguramente murió en un vendaval. Un árbol que murió de pie seguramente sucumbió a factores fisiológicos como la sequía o agentes patógenos.
“Esto conlleva trabajo forense detallado y acaba siendo un enorme ‘CSI Amazonía’ llevado a cabo por investigadores especializados de una decena de países”, dijo Oliver Phillips, profesor de la Universidad de Leeds y coautor del artículo.
Más de la mitad de las muertes de árboles del estudio, el 51 %, se atribuyeron a daños estructurales, la mayoría causados por vendavales, pero aparecieron diferentes factores de riesgo para los árboles en las distintas zonas de la Amazonía. Parecer ser que el viento causa más daños en la zona oeste de la Amazonía, mientras que en el sur hubo más muertes causadas por la escasez de agua y la sequía.
“En toda la cuenca no hay ningún lugar donde el viento no sea importante”, dijo Esquivel-Muelert. “Incluso en el centro de la Amazonía, donde el viento no es lo principal […] causa una gran proporción de las muertes”.
La región más seca y más cálida de la Amazonía está en el sur, así que los investigadores esperaban que los árboles de allí estuvieran adaptados a las condiciones de sequedad y calor en gran medida, dijo Esquivel-Muelbert. Sin embargo, el sur de la Amazonía fue el único lugar donde se daba un mayor riesgo de mortalidad de los árboles relacionada con la sequía y la tolerancia a la sequía de los árboles, lo que significa que algunas especies están siendo empujadas a sus límites de adaptación.
“Es preocupante que el sur ya esté potencialmente en riesgo”, dijo Esquivel-Muelbert. “Pero también es bueno saber que el resto de la cuenca [Amazónica] parece bastante protegido […] o no parece afectado aún. No pudimos detectar señales de sequía”.
“Ahora que podemos ver más claramente qué está pasando en todo el bosque, hay oportunidades claras para actuar”, dijo en una declaración Beatriz Marimon, de la Universidad Estatal de Mato Grosso, quien coordinó varias parcelas de investigación en el centro de Brasil para el estudio. “Descubrimos que la sequía también causa la muerte de los árboles, pero por ahora solo en el sur de la Amazonía. Lo que pasa aquí debería servir como sistema de aviso temprano para evitar que los árboles de otras partes sufran el mismo destino”.
Referencias:
Esquivel-Muelbert, A., Phillips, O. L., Brienen, R. J. W., Fauset, S., Sullivan, M. J. P., Baker, T. R., … Galbraith, D. (2020). Tree mode of death and mortality risk factors across Amazon forests. Nature Communications, 11(1), 5515. doi:10.1038/s41467-020-18996-3
Imagen principal: Cubierta forestall e la Amazonía. Foto de Rhett A. Butler/Mongabay.
Artículo original: https://news.mongabay.com/2020/11/csi-amazon-epic-study-looks-at-whats-killing-amazon-trees/