Indígenas de Ecuador resisten ambiciosos proyectos petroleros

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Sputnik
Alvaro Mercedes
29 de octubre, 2021

QUITO (Sputnik) — La ambiciosa meta del presidente conservador Guillermo Lasso de duplicar la producción petrolera de Ecuador al final de su mandato, en 2025, levanta alertas en las comunidades indígenas amazónicas del suroriente del país andino, sobre todo entre el pueblo Sapara.
“Va a afectar demasiado; nosotros los sapara vamos a terminar; la explotación petrolera es peligrosa para nosotros, va a terminar contaminando nuestros ríos nuestras tierras; se va a repetir lo que ya ha pasado en otras comunidades”, dice a Sputnik Gloria Ushigua, una mujer de la comunidad Sapara, cuyos habitantes se asientan en plena selva amazónica de Ecuador, “en donde los árboles son inmensos y el cielo increíblemente azul”.
Los sapara son una nación indígena que habita en tierras de Ecuador y Perú. En Ecuador se asientan en unas 400.000 hectáreas en la provincia amazónica de Pastaza, en el suroriente del país.
En 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró la lengua sapara como patrimonio oral inmaterial de la humanidad, pero de los entre 500 y 600 habitantes sapara apenas cinco, de entre 59 y 90 años, hablan dicha lengua.

Una meta cuesta arriba

Al momento el país andino produce alrededor de 451.000 barriles de petróleo por día, pero hacia fines de año, según los planes oficiales, debería producir cerca de 490.000 barriles diarios.
Duplicar la producción, según expertos, implicará entre otras cosas licitar al menos cuatro bloques petroleros del suroriente, en la frontera con Perú; optimizar bloques en producción e incrementar la extracción del Ishpingo-Tambococha-Tiputini, ubicado en el Parque Nacional Yasuní, entrando al campo Ishpingo, que podría producir unos 60.000 barriles de petróleo por día en el primer año, que se unirían a la actual producción de alrededor de 60.000 barriles diarios del bloque, pero que generará una gran oposición tanto de indígenas amazónicos como de ambientalistas y activistas.
En el plano económico cumplir la meta petrolera inicial demandaría recursos de, al menos, 10.000 millones de dólares, con los que no cuenta la nación andina, que el año pasado vio contraerse su economía en casi 8%, y que este año verá un crecimiento de apenas 3%.

“Nuestra lucha por defender la selva es también una lucha por toda la humanidad. La selva es vida y todos necesitamos vida”, dice Manari Ushigua, líder de la comunidad sapara.

Tras los ingresos

Alexandra Almeida, de la organización no gubernamental Acción Ecológica, dice que esta agencia que es muy difícil que el Gobierno de Lasso logre concretar la meta.
“El Gobierno solo está pensando en los ingresos, en el aspecto fiscal; existen impedimentos legales y sociales”, señala.
En 2016, el entonces presidente Rafael Correa (2007-2017) convocó a un ronda petrolera para licitar 13 bloque para realizar actividades exploratorias en el suroriente, pero solo recibió ofertas para dos bloques, ubicados en el territorio sapara.
En ese entonces los sapara se opusieron al desarrollo de los bloques hasta que la empresa adjudicataria tuvo que declararse en fuerza mayor y abandonar la actividad en los bloques.
El Gobierno de Lasso planea cambiar los contratos petroleros para que en futuras licitaciones las empresas tengan una participación en la producción de los bloques, lo cual haría más atractiva su producción.
“El Gobierno no toma en cuenta que cambiar los contratos no es todo; no ha pensado en la resistencia indígena”, señala Almeida.
Los sapara dicen que ahora tampoco darán su brazo a torcer y así como lo han hecho en el pasado impedirán cualquier intento de que empresas petroleras ingresen a sus territorios.

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