Wataniba
En el contexto del seminario en línea “Vacunación contra la COVID-19 y cordones de protección sanitaria en los territorios de Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial – PIACI en la Amazonia, Gran Chaco y Cerrado Brasileño” organizaciones indígenas, médicos y organismos multilaterales evaluaron la situación de los pueblos indígenas en aislamiento y que están teniendo contacto con el virus a un año de la declaración de la pandemia. Durante la sesión debatieron propuestas para la protección de su salud y el diseño de estrategias específicas para la vacunación de comunidades vecinas o compartidas.
El 25 de marzo, el Grupo de Trabajo Internacional para la protección de Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial –GTI-PIACI–, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica y Unidad de Pueblos Indígenas –COICA–, y la unidad de Desarrollo de la División de Desarrollo Social Inclusivo del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU se dieron cita en un seminario en línea para hacer visible la alta vulnerabilidad de los PIACI frente a la pandemia por COVID-19, debatir sobre la necesidad de implementar mecanismos de protección permanente a través de cordones de protección sanitarios, desarrollar estrategias específicas de protección y planes de vacunación de territorios altamente vulnerables.
Sonia Guajajara, miembro de COIAB, APIB y COICA, expuso la complicada realidad que viven los pueblos indígenas brasileños actualmente. Resaltó cómo estos se han organizado para contrarrestar los efectos del coronavirus difundiendo medidas de protección recomendadas por la OMS y dándole prioridad a la realización de actividades virtuales frente a las presenciales. Además, introdujeron un plan de trabajo en el Tribunal Supremo Federal para atender la emergencia sanitaria que prioriza planes de vacunación entre los más vulnerables y el establecimiento de barreras sanitarias. Esfuerzos que desafortunadamente han sido ignorados o implementados de manera parcial, como es el caso del plan de vacunación que, según Guajajara, excluye a más del 40% de los indígenas de Brasil que viven en las ciudades fuera de las áreas homologadas (es decir, territorios indígenas declarados).
Para Gregorio Mirabal, coordinador de COICA, hace falta voluntad política para desarrollar acciones que permitan contrarrestar los efectos de la pandemia en los pueblos indígenas y proteger el territorio amazónico de otras enfermedades infectocontagiosas que se ven agravadas por las actividades extractivas y la ausencia de control estatal ante la entrada de personas ajenas a sus territorios. Mirabal denunció la ausencia de planes de vacunación específicos. Ante la negativa de los gobiernos nacionales en desarrollar e implementar políticas inclusivas, propuso construir un debate internacional, regional y nacional acerca de la situación actual e “implementar una mesa de trabajo permanente para establecer una estrategia de vacunación específica dirigida a los pueblos indígenas”.
Lizardo Cauper Pezo, miembro de AIDESEP y COICA habló sobre la situación de los PIACI en Perú ante la pandemia. Resaltó que el sistema de salud nacional es excluyente y que su situación se ha agravado por invasiones y conflictos de territorio, cultivos ilícitos y el crecimiento de actividades extractivas. Para Cauper, las problemáticas que enfrentan los pueblos indígenas en Perú se han exacerbado durante la pandemia, donde “no solo mueren por COVID, sino que muchos líderes han sido asesinados”. Para contrarrestar la situación, propuso la creación de un informe de Naciones Unidas con recomendaciones dirigidas a los gobiernos donde se contemple la implementación de cordones de protección sanitaria y la vacunación con consentimiento de los pueblos indígenas. Sobre esto último, Tagüide Picanerai – OPIT Iniciativa Amotocodie, agregó que existe temor y desconfianza entre los habitantes de las comunidades sobre los beneficios de las vacunas y resaltó la necesidad de que estos tengan más y mejor acceso a información.
Según el médico en salud preventiva de Brasil Douglas Rodrígues, en el país existe un subsistema de salud dirigido a la atención de los pueblos indígenas. Este sistema inició el proceso de vacunación, pero su administración ha sido lenta, excluye a la mitad de la población y es insuficiente para reducir la transmisión del coronavirus. Considera que, además de extender el plan de vacunación entre las comunidades cercanas para proteger a los PIACI, se deben reforzar los cordones de aislamiento ya establecidos, identificar a los pueblos colindantes, impedir nuevas invasiones y retirar los invasores actuales. Asimismo, hizo referencia a la necesidad de que el Estado desarrolle y difunda una campaña de concientización dirigida a esta población centrada en su cultura y sus lenguas. Instituciones internacionales y la sociedad civil deberían reforzarla ejerciendo presión para que los gobiernos en los países amazónicos asuman sus responsabilidades de protección. La conjugación de estas acciones también ayudaría a combatir la desinformación y cadenas de información falsa sobre la efectividad e importancia de la vacunación en los PIACI.
“Los movimientos y las organizaciones indígenas locales trabajan incesantemente para combatir cotidianamente (la desinformación). Hemos usado redes sociales simples como WhatsApp por donde llegan también muchas de estas informaciones falsas. Es prioritario buscar personas que puedan brindar estas informaciones de los mismos pueblos indígenas o personas que estas comunidades reconozcan como aliados. Hay comunidades para las cuales se consiguió vacunas y se consiguió llegar a los territorios, pero no se pudo vacunar a causa de estas desinformaciones. Una cuestión tan prioritaria como la vacuna es combatir esas noticias falsas…”
Buena parte de las denuncias realizadas por los ponentes sobre la realidad de los pueblos indígenas y los PIACI a un año de la declaración de la pandemia por la OMS, fueron complementadas y compartidas por Adrián Díaz, vocero de la Organización Panamericana de la Salud. Para Díaz, las deficiencias de los servicios de salud nacionales y regionales, además de sus limitaciones resolutivas deben corregirse a partir de la acción conjunta de diferentes actores. Para ello, propuso continuar y fortalecer espacios como este para dar a conocer la situación de los pueblos indígenas, solicitar el incremento de vacunas disponibles en la región e intercambiar protocolos y experiencias para establecer una sinergia entre lo que se ha ido avanzando en los distintos países.
En cuanto a la estrategia de vacunación de los pueblos indígenas, enfatizó la necesidad de contar con un cordón de protección para los territorios circundantes, adaptar el plan maestro de vacunación a las particularidades locales del territorio y de los pueblos, asegurar su consentimiento libre, previo e informado, así como priorizar la distribución de vacunas de una sola dosis entre la población indígena para garantizar una vacunación completa y efectiva dadas las dificultades de acceso a estos territorios. Igualmente, expuso la importancia de reconocer la riqueza de las prácticas tradicionales y la medicina ancestral para enfrentar las afectaciones por la COVID-19.
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