Periodista Digital
6 de enero de 2021
La jungla del Amazonas es la selva tropical más extensa y con la mayor biodiversidad del planeta. No está de más decir que en ese inmenso manto verde se encuentran las recursos naturales para poder hacer frente a las más insospechadas enfermedades que azotan el planeta.
En un reciente viaje por Perú y visitando Iquitos, recalé en un resort enclavado a orillas del rio Amazonas. En esa área tropical -y entre las múltiples actividades que realicé- pude conocer el «Achiote», un pigmento natural, de coloración rojo-amarilla, utilizado en la industria alimentaria y cosmética.
Este arbusto se extrae de las semillas del arbusto también llamado achiote cuyo nombre botánico es Bixa orellana. Se cree que su uso se remonta a tiempos precolombinos. Los aztecas lo utilizaban para teñir textiles, como colorante corporal (por ejemplo pinta labios), y como colorante de alimentos y bebidas.
«La hoja se puede tomar (en infusión) para desinflamar el sistema urinario. Los ribereños lo conocer como Achiote. Es un arbusto como puedes ver. También los hay de otros colores» Nos comenta Ander, guía de Explorama.com, nuestros anfitriones. Y luego añade: «En la selva está la solución para muchas enfermedades. El problema es que la ciencia no se dedica a investigar porque va a perder mucho dinero cuando encuentren curaciones para algunas enfermedades».
– No les interesa, ¿no?
– No les interesa. Les interesa el business, el negocio.
– Se habla, incluso, que aquí podrían haber plantas como para curar el cáncer.
– Lógico. Las hay.
– ¿Y qué dicen los nativos sobre esto?
– Que hay muchas plantas, como por ejemplo la Uña de Gato, la sangre de Grada, el aceite de Copaiba. Pero eso ha salido a flote después de muchas peleas. No ha sido fácil para que estas plantas curativas salgan al mundo de la medicina. Los científicos han hecho lo imposible para que no salga.
Se calcula que alrededor del 25% de los principios activos presentes en los medicamentos utilizados en la actualidad, provienen de selvas tropicales. Actualmente, se conocen alrededor de 350.000 especies de plantas en el mundo y menos del 1% de ellas han sido estudiadas con fines farmacológicos, por lo tanto, la naturaleza y en especial la selva amazónica es una gran reserva de recursos medicinales.