Asociación Civil Kapé-Kapé
5 de enero de 2022
Por más de 100 horas, al menos 80 familias indígenas vivieron en incertidumbre y miedo por el toque de queda impuesto por grupos armados y las medidas tomadas por las autoridades de seguridad en el municipio Sotillo, del estado Monagas.
La comunidad warao de Wirinoko Arao, población instalada en Barrancas del Orinoco, cumplió al menos 100 horas de encierro por enfrentamientos de bandas armadas y las medidas de seguridad impuestas por los cuerpos de seguridad del Estado venezolano. La situación de aislamiento fue confirmada por un cacique de la localidad que pidió omitir su identificación por temor a represalias.
“Estamos encerrados, hay miedo y temor para salir de las casas ante las horas de terror vividas el primero de enero por el tiroteo que se generó a tan sólo 100 metros de la comunidad” sostuvo el informante vía telefónica con el equipo de Kapé Kapé.
Entre sus señalamientos, el representante de Wirinoko Arao asegura que las familias waraos requieren salir diariamente a buscar comida, «no podemos salir de nuestras casas, nuestros hijos lloran de hambre” sostiene.
Asimismo, afirma que ningún organismo del Estado les otorga asistencia, los cuerpos de seguridad continúan desplegados en todas las calles y ningún organismo de derechos humanos se presenta en la zona, mientras la reserva alimenticia se agota y el hambre se apodera de las familias indígenas.
El primero de enero, en la celebración de las fiestas de año nuevo, se desató un enfrentamiento armado entre bandas armadas que generó al menos siete muertos y varios heridos, según el balance ofrecido por las autoridades de seguridad.
El choque armado se inició a partir de las 3:30 a 4:00 am del sábado primero de enero, en la avenida principal de Barrancas del Orinoco con una duración de ocho a diez horas.
Hasta ahora, las autoridades del Estado venezolano no se han pronunciado con claridad al respecto. No obstante, los habitantes de Barrancas del Orinoco aseguran que la incursión armada fue ejecutada por grupos armados extranjeros, en busca del control del territorio que ejerce actualmente la banda conocida como el “Sindicato de Barrancas”.
Al respecto, los indígenas waraos señalan la presencia activa de hombres armados que someten y matraquean a las pequeñas embarcaciones que arriban desde el bajo Delta a Barrancas del Orinoco “son los del sindicato, cuando llegamos al muelle, de inmediato se presentan cuatro hombres armados y hacen la requisa a la embarcación y tenemos que bajarnos con algo de lo que traemos” señalan los waraos.
Barrancas del Orinoco es una de las ciudades más antiguas de Venezuela, se encuentra ubicada en la orilla del río Orinoco del estado Monagas. Dicha población colinda con el estado Delta Amacuro y la salida del Orinoco al Atlántico y al mar Caribe. Por su ubicación geográfica es una zona estratégica para el abordaje del tráfico de gasolina, droga, la minería ilegal y el tráfico de personas.